México y buena parte de centroamérica es centro de origen del maíz, nuestro maíz, mucho más que un cultivo o un simple alimento base de la dieta de nuestro pueblo, es parte de la cultura milenaria y debemos actuar contra la imposición de las transnacionales que buscan imponer los trangénicos a través de mecanismos como la Ley de Producción, Cetificación y Comercio de Semillas (DOF 15-06-09), que pretende entre en vigor este próximo 14 de agosto del presente año.
La semilla debe seguir siendo patrimonio campesino, seleccionar libremente los granos criollos para la próxima cosecha, maices de polinización libre y de amplia distribución de acuerdo a la agroecología de nuestra vasta geografía.
No permitamos que se siga hipotecando el futuro de nuestros hijos.
Defendamos nuestro maíz